21.4.11

La procesión va por dentro hasta que sale...


Fragmento extraído de mi cabeza el 21 de Abril de 2011 entre la 20:30hs. y las 21:00hs.:

Algo debo estar haciendo mal porque si estaría haciendo las cosas bien no viviría sumergido en la oscuridad de mi habitación todas las noches. A la gente que está bien eso no le pasa. Es raro que en todos lados te sientas fuera. En todos no, pero en casi todos. La familia, empiezo a entender, es ese conjunto de personas que está siempre y pase lo que pase, te pelees o tengas una relación llena de mimos, te bancan y los vas a bancar.
Un bajón esto de vivir así medio volado, bajoneando por la vida. Es fuerte decir que odio mis tiempos libres, pero es así. Tan así es que en los lugares donde me siento bien son en la facultad, en el trabajo y en el club. Pequeñas coincidencias, son lugares a donde voy para cumplir con algo y después me espera un regreso a casa, lugares en donde no hay mucho tiempo para pensar en uno y sentirse a sí mismo. En esos lugares me rodea gente, pero claramente todos prescindibles. Pensando un poco más allá, no hay imprescindibles (sacando siempre a la familia del medio). Ayer ellos fueron lo más y hoy son unos pocos más. También días atrás me sentí gigante con ella y ahora gigante es la ausencia. Uy, alguien habla por msn...que espere estoy pensando. Si si, eso es lo que estoy haciendo pensando solo, en una habitación oscura, escuchando unos tangos (...de chiquilín te miraba de afuera...). Los que estaban siempre ya no me interesa que estén o no se si es tan así, pero con ellos no es lo mismo y sin ellos la vida es soportable. Nadie me soltó la mano pero yo si me solté de ellos. No es que me quedé sin amigos, porque se que hay de ellos por varios puntos de la provincia pero hay algunos que están saliendo por la puerta de emergencia y eso seguro que tiene que ver con que yo les prendí un fueguito dentro del recinto.
También falta esa compañía complementaria, esa alma gemela (aunque sea con fecha de vencimiento). Seguro que también hago mal las cosas en este rubro, porque sino su falta no contribuiría a este presente gris topo. Ok, hago las cosas mal pero ¿Qué? Porque fui para allá cuando quisiste ir para allá y no te convenció. Después, no se si te acordás pero vinimos para acá y tampoco te cerró la onda. Ahora vos hacia la derecha (conservadora) y yo hacia la izquierda... ¿Podés creer que tampoco te gustó? Gata flora le dicen algunos. (Apagaron la luz de la cocina y aumenta la oscuridad, ¿es una señal?) Después están esas personas que siguieron todo paso a paso y no entienden pero saben que no quieren que te lastimes. Tarde buena gente, tarde porque es como un alambre de púas, lo agarres de donde lo agarres pincha. Igual, les acepto que a mi me encanta que me pinche y si sangra, es el mejor resultado.
Ah, mirá vos que lindo... Mientras hablo con vos, o conmigo, porque en definitiva vos sos yo, estaba escribiendo. Y como que materialicé un pensamiento de Jueves Santo por la noche. Siempre dije, una vez que empiezo a escribir se publica, entonces no queda otra que publicar...Busco una imagen que más o menos pegue con este delirio y lo mando. Que se yo, a ver googleemos... Ya está!

16.4.11

El futuro ya llegó.


El derecho primero, luego el izquierdo. ¿O al revés? No se, tampoco importa. La cuestión es que abrí los ojos después de una noche agitada, con idas y vueltas, marchas y contramarchas, una noche que se pareció a vos.

Me desperté sintiendo que el futuro era quien me estaba empujando la espalda para que me despegue del cálido colchón, que me pedía lucidez con el mismo ánimo que mamá me despertaba para asistir a alguna aburrida clase. No voy a mentir, no fue fácil sostener el cuerpo sin que vuelva a caer con peso muerto sobre la cama y, mucho más complicado aún, entender que esas dos planchas de goma desparramadas por el piso eran los ojotas que debían encastrar en mis pies, pero lo logré.

Ese mañana que se fundió en sueño la noche anterior ya estaba frente a mí, con los rayos del sol invadiendo mi privacidad, con el dulce olor de los jazmines ingresando sin pedir permiso por la ventana y jactándose de que podía llegar a cada rincón del cuarto. 

Y si la noche anterior se pareció a vos, hoy ya no hay puntos en común entre nosotros. Ayer fuiste mi noche, ese delirio de autos con luces de neón que van y vienen por las avenidas, esas miradas con destino a las estrellas que vaya a saber uno a quien evocan, esa lágrima que recorre la mejilla sin una caricia que la frene antes de caer al vacío y en el mejor de los casos humedecer la prenda de turno...

Hoy ya no estás, recorro solo los ambientes de la casa, silbando o tarareando alguna canción pegadiza que quedó rebotando en los interiores de la cabeza, la única luz es la proveniente del sol y no hay motivos para una lágrima sino para una sonrisa que se lleve el mundo por delante. Así, solo y hundido en una agridulce nostalgia comprendí que el futuro ya llegó y vos no estás en él.