16.11.11

T.E.G.


Hace años atrás, mientras el  Sol caía en el patio de alguna casa de la cuadra, me amotinaba en algún living con un puñado de compañeros de andanzas para adueñarnos de la mesa ratona o el piso, desplegar el tablero y pasar varias horas entre leche chocolatada y masitas.

Las horas pasaron, el Sol terminó de desaparecer detrás de alguna pared, la Luna se puso cómoda entre las estrellas y el living lo seguimos ocupando. Aparecieron caras nuevas, caras que veo desde hace muchos años, todas con los ojos fijos en el tablero cubierto de fichitas de colores. Las azules invadiendo a las amarillas, las negras avanzando sobre las rojas y así cambia la composición de los habitantes de cada territorio...

Siguieron pasando los años, las lunas y los soles, el tablero ya despintado quedó en desuso, guardado en un armario repleto de recuerdos. Las chocolatadas de la tarde que luego se habían convertido en frías cervezas ya quedan solo en mi memoria. No hay fichas que mover ni dados que lanzar pero yo sigo en el living pensando la próxima jugada para acercarme de una vez por todas a conquistarte, como esas largas tardes que pasé intentando invadir Kamchatka.

10.11.11

Por las noches desespera



Siete de la tarde marca el reloj del Blackberry y el entorno se encarga de asegurarme que la hora es correcta. Dentro de un subte que atraviesa la gran ciudad me rodean esas caras desconocidas que quizás nunca vi ni volveré a ver o aunque si lo hiciera, no recordaría. Los auriculares a un alto volumen ayudan a abstraerme de la sofocante y cotidiana escena pero lo consigo completamente cuando lo encuentro a él, a mi reflejo en el vidrio de la ventanilla sucia y descuidada.

Ese es el momento, el instante, que no se da desde hace tiempo. El encontrarme conmigo, mirarme a mi mismo como a un desconocido y llegar a conocerme, comprenderme e intentar aceptarme. Ya no importa a quién le tocó el turno en la lista de reproducción, el diálogo es entre él y yo, entre yo y yo...

Hay muchas cosas que decirnos, muchos planteos que hacernos pero el primero en el que ambos coincidimos en tratar es la constante presencia de ella, la que tanto buscamos, la que idealizamos una y otra vez, la que conseguimos y ya no queremos más.

¿Qué pasó con ella que si tantas veces nos sedujo y nos hizo felices ya no nos complace? Ella cambió. Nosotros cambiamos. No somos tan compatibles como creíamos... Una y otra conjetura se escapan de mis ojos a mi reflejo, sin palabras de por medio pero imposible encontrar una respuesta que se alce entre las demás como válida y certera.

Suena la chicharra que indica la llegada a destino, el ficticio diálogo se interrumpe bruscamente y el único pensamiento que queda boyando en la cabeza mientras los pies me llevan a casa es: "Quizás Soledad y yo no debamos pasar tanto tiempo juntos, somos buenos amigos pero no más que eso..."

23.7.11

Cinco sentidos


Los cinco se creen imprescindibles, cada uno único en su rubro e irreemplazable pero con los egos al ras del suelo para que ante la falta de uno de ellos la solidaridad logre que su ausencia no te paralice...Dudo poder determinar si su crecimiento fue en conjunto o alguno tardó más en recibirse, pero de alguna forma llegó a ser parte nuestro sin darnos cuenta ni valorarlo.

Por poner un orden, el primero es ese que ya desde la puerta te advierte el tuquito que está preparando la vieja o el que te da la pauta de que por tanto buscar formas en las nubes pisaste los "regalitos" que un perro dejó en tu camino.

El segundo me permitió ayudar a un amigo y estar preparado para dar un consejo. Fue la puerta de entrada de mucha información que sería útil para poder ser lo que necesitaste en el momento justo, muchas veces con solo usarlo a él me agradeciste por tanto... Vaya si es importante.

En tercer lugar se presenta ese que me permitió distinguir a aquellos que con solo acercarme me harían sangrar y también, mucho más importantes, a los que me harían una suave cosquilla que desembocaría en una sonrisa para luego convertirse en risa.

El número cuatro fue de gran ayuda para decidir mis almuerzos y cenas, para elegir ese trago con el que decido ir a tus brazos y para sentir cuando a la vida le falta un poco de dulce después de tanta amargura colectiva.

El quinto y último personaje de esta historia es al que le adjudican la entrada de todo, el que le pone colores a  los días, el que determina una buena combinación, el que con tan solo dos bolitas logró captar todo lo lindo y lo feo que está a mi alrededor...

Si en tu vida los tenés a todos valoralos y cuidalos, si tenés carencia de alguno no dudes en exprimir un poco a los demás que no dejarán de sorprenderte... Sentidos listos para sentir.

3.7.11

Momentos


Ronda de amigos a principios de mes.

Siempre el mismo escenario: la mesa redonda, sus tres caballeros sentados alrededor, un envase de cerveza ya vacío y su contenido volcado en los vasos.

Arranca el primero. "Que lindo que ya cobré. Hoy chequeé mi cuenta corriente y tengo toda la platita. Igual este mes va todo para el autito, ya estuve viendo unas llantitas lindas para ponerle y unas luces de xenón que son una locura. Voy a comer polenta todos los días pero con la facha que después voy a tirar por el barrio me chupa un huevo."

El segundo la sigue. "Si, yo también ya cobré. Y este mes me parece que igual que vos me voy a cagar de hambre porque voy a comprarme una guitarrita nueva, como la del guitarrista de esta banda que está ahora de moda. Sale una fortuna pero bueno, me encapriché y la quiero"

Como el tercero no hablaba lo tuvieron que pinchar.. "¿Y vos?"

No le quedó otra que contarles. "Yo voy a ir como cuatro veces a ver a una banda de gente que me hace feliz, voy con mi vieja al teatro, llevo a mis hermanos a ver un partido de la selección argentina de algún deporte amateur contra la selección campeona del mundo, voy dos veces a ver algún show internacional, invito a una amiga, a una hermana. Eso, no soy músico, no tengo auto..."

Y si, carcajadas, risas y el comentario desacertado de uno de los dos: "Tanta plata para cosas que no duran más de tres horas. ¡Estás loco, que manera de tirar la plata vos viejo eh!"

Mientras el último sorbo de cerveza enfría la nuez de Adán piensa el tercero: "Que me importa a mi cuanta plata gasto en esas cosas. Que importa el costo de esos momentos si lo que importan son, justamente ellos, los momentos."

30.6.11

En busca de la hierba seca...


Quizás por tratarse de un rebelde sin causa o quizás por ser de esos que se dice que tienen pocas luces es que él siempre se quedó a un costado del protagonismo. No era de ajustarse el cinturón y empezar a batallar, tan solo apreciaba la escena desde un costado y, a mi parecer, consideraba utópico llegar a comportarse como los galancitos de salón.

Años de maduración pasaron, tantos como los que tardó ese yuyo en crecer. Vio a los de la vieja escuela que impresionaban con un  "Séptimo regimiento" ya en desuso, también a las estrellas del momento que se acercaban  al objetivo con un revolucionario "New Age", a los rudos que presentaban su vaso oscuro con un 70 Fernet - 30 Coca y a los que barrían largas barras vaciando mojitos.

A todos ellos los observó desde un costado, con admiración y algo de envidia. Mientras todos terminaban el día haciendo un recuento de sus víctimas, él caminaba a la par oyendo esas historias sin emitir sonido alguno. Al llegar a casa abría la puerta que permitía el paso al jardín, se confortaba con el olor a hierba fresca y pasaba un buen rato dándole los mimos necesarios para agradecerle los beneficios que le daría en un futuro...

Sin dudas fue un trabajo lento pero ahí está él ahora, en su casa y con su plantita ya adulta. Una muchacha entra buscando escapar de sus problemas y sale con apariencia de haberlo logrado, atrás va otra que también parece salir satisfecha....

Ni un "Séptimo regimiento" ni un "New Age", mucho menos un Fernet pudieron traerle al muchacho tan buenos resultados como los que a él le trajo su plantita de yerba mate.

20.6.11

Alcancía subterránea


A las corridas, como siempre pasan los días en esta ciudad, voy una vez más al submundo. Un hombro que da contra una señora, el otro que es  impactado por la mochila de algún estudiante. Tantas caras con las que compartimos sensaciones y no nos conocemos, tantas preocupaciones reunidas en unos pocos metros.

De pronto llega la formación, seis vagones, todos diferentes: uno con tapizado azul, otro rojo, unos con grafittis en sus ventanas y algunos pocos que parecen recién salidos de fábrica. Tan diferentes como ellos somos todos nosotros, parados ahí fuera esperando que abra las puertas para emprender el viaje.

Una vez adentro fue donde comencé a sentirme dentro de una alcancía. Una monedita por aquí, otra por allá. Todos personajes tristes los que piden colaboración... Esa nena con apenas una decena de años que lleva a su hermanito en brazos, la señora no vidente que se abre paso entre la multitud haciendo sonar su latita para que perciban su presencia, aquel hombre discapacitado que relata su historia y no puede más que pedir ayuda...

Al fondo, tratando de escapar de esa desolación, me encontré con ellos que no tienen suerte pero si certeza de lo que los hace felices, un batuque que resuena dentro de la alcancía poniendo algún color a tanto gris y soñando con que algún día los sobrevivientes de la caridad no necesiten más de la monedita...

30.5.11

Te miro, te digo...


Cansado de las películas de ciencia ficción hoy me dedico a buscar hechizos en la vida real, la cotidiana, que se ríe y se llora en partes iguales. Investigaciones varias, pruebas y errores me demostraron que no existe poder más fuerte que el de tu mirada chocando con la mía.

Tus cafés y mis verdes, ambos transparentes, son capaces de decir mucho más que todas las combinaciones posibles de palabras de la Real Academia Española. Sin sonido, sin contacto físico y sin olores son capaces de sincerarse en apenas un instante.

Si a los tuyos los castiga una poderosa inundación los míos intentarán, con su calor, secar cada gota sobrante hasta que todo vuelva a ser luz y sol. Y, por las noches, cuando mis pupilas se encuentren envueltas en oscuridad esperaré que tus ojos parpadeen cerca para marcar el camino.

Que todo entra por los ojos se escucha seguido pero nadie se percata de todo lo que sale por ellos.. Mis amores y mis odios, mis alegrías y mis miedos, mis sueños y pesadillas te los cuento con una mirada.

1.5.11

En Liquidación...



Caminando a paso acelerado, como siempre se camina en los tiempos que corren fue que te crucé aquella vez por el Microcentro de la ciudad de Buenos Aires. Primero mis ojos adelantaron el encuentro encontrándote en un reflejo nítido de alguna vidriera con carteles de "Liquidación". Después fue todo piel, carne y huesos. Vos con la mirada en las baldosas sucias y yo intentando encontrar alguna señal de interés en esos ojos café. Intentos que fueron en vano, pasaste como una brisa suave, o un violento huracán, y seguiste con tu camino sin reparar en mi presencia, en mi sonrisa envuelta y lista para regalártela.

En el medio pasaron decenas de tardes caminando las mismas calles, buscando una vidriera que refleje tu simpática silueta, pero nada te volvió a cruzar en mi ruta...

Así llegamos al día hoy donde por fin decido volver a sacar del cajón la sonrisa que esperaba regalarte, lustrarla y dejarla en perfectas condiciones para exhibirla en mi rostro, que alguien fije su mirada en ella y la elija para ser suya. Que tengo la esperanza de cruzarte una vez más es innegable pero ya puedo recorrer la peatonal buscando la mejor oferta y no solo espero ver tu reflejo acercándose a mí...

21.4.11

La procesión va por dentro hasta que sale...


Fragmento extraído de mi cabeza el 21 de Abril de 2011 entre la 20:30hs. y las 21:00hs.:

Algo debo estar haciendo mal porque si estaría haciendo las cosas bien no viviría sumergido en la oscuridad de mi habitación todas las noches. A la gente que está bien eso no le pasa. Es raro que en todos lados te sientas fuera. En todos no, pero en casi todos. La familia, empiezo a entender, es ese conjunto de personas que está siempre y pase lo que pase, te pelees o tengas una relación llena de mimos, te bancan y los vas a bancar.
Un bajón esto de vivir así medio volado, bajoneando por la vida. Es fuerte decir que odio mis tiempos libres, pero es así. Tan así es que en los lugares donde me siento bien son en la facultad, en el trabajo y en el club. Pequeñas coincidencias, son lugares a donde voy para cumplir con algo y después me espera un regreso a casa, lugares en donde no hay mucho tiempo para pensar en uno y sentirse a sí mismo. En esos lugares me rodea gente, pero claramente todos prescindibles. Pensando un poco más allá, no hay imprescindibles (sacando siempre a la familia del medio). Ayer ellos fueron lo más y hoy son unos pocos más. También días atrás me sentí gigante con ella y ahora gigante es la ausencia. Uy, alguien habla por msn...que espere estoy pensando. Si si, eso es lo que estoy haciendo pensando solo, en una habitación oscura, escuchando unos tangos (...de chiquilín te miraba de afuera...). Los que estaban siempre ya no me interesa que estén o no se si es tan así, pero con ellos no es lo mismo y sin ellos la vida es soportable. Nadie me soltó la mano pero yo si me solté de ellos. No es que me quedé sin amigos, porque se que hay de ellos por varios puntos de la provincia pero hay algunos que están saliendo por la puerta de emergencia y eso seguro que tiene que ver con que yo les prendí un fueguito dentro del recinto.
También falta esa compañía complementaria, esa alma gemela (aunque sea con fecha de vencimiento). Seguro que también hago mal las cosas en este rubro, porque sino su falta no contribuiría a este presente gris topo. Ok, hago las cosas mal pero ¿Qué? Porque fui para allá cuando quisiste ir para allá y no te convenció. Después, no se si te acordás pero vinimos para acá y tampoco te cerró la onda. Ahora vos hacia la derecha (conservadora) y yo hacia la izquierda... ¿Podés creer que tampoco te gustó? Gata flora le dicen algunos. (Apagaron la luz de la cocina y aumenta la oscuridad, ¿es una señal?) Después están esas personas que siguieron todo paso a paso y no entienden pero saben que no quieren que te lastimes. Tarde buena gente, tarde porque es como un alambre de púas, lo agarres de donde lo agarres pincha. Igual, les acepto que a mi me encanta que me pinche y si sangra, es el mejor resultado.
Ah, mirá vos que lindo... Mientras hablo con vos, o conmigo, porque en definitiva vos sos yo, estaba escribiendo. Y como que materialicé un pensamiento de Jueves Santo por la noche. Siempre dije, una vez que empiezo a escribir se publica, entonces no queda otra que publicar...Busco una imagen que más o menos pegue con este delirio y lo mando. Que se yo, a ver googleemos... Ya está!

16.4.11

El futuro ya llegó.


El derecho primero, luego el izquierdo. ¿O al revés? No se, tampoco importa. La cuestión es que abrí los ojos después de una noche agitada, con idas y vueltas, marchas y contramarchas, una noche que se pareció a vos.

Me desperté sintiendo que el futuro era quien me estaba empujando la espalda para que me despegue del cálido colchón, que me pedía lucidez con el mismo ánimo que mamá me despertaba para asistir a alguna aburrida clase. No voy a mentir, no fue fácil sostener el cuerpo sin que vuelva a caer con peso muerto sobre la cama y, mucho más complicado aún, entender que esas dos planchas de goma desparramadas por el piso eran los ojotas que debían encastrar en mis pies, pero lo logré.

Ese mañana que se fundió en sueño la noche anterior ya estaba frente a mí, con los rayos del sol invadiendo mi privacidad, con el dulce olor de los jazmines ingresando sin pedir permiso por la ventana y jactándose de que podía llegar a cada rincón del cuarto. 

Y si la noche anterior se pareció a vos, hoy ya no hay puntos en común entre nosotros. Ayer fuiste mi noche, ese delirio de autos con luces de neón que van y vienen por las avenidas, esas miradas con destino a las estrellas que vaya a saber uno a quien evocan, esa lágrima que recorre la mejilla sin una caricia que la frene antes de caer al vacío y en el mejor de los casos humedecer la prenda de turno...

Hoy ya no estás, recorro solo los ambientes de la casa, silbando o tarareando alguna canción pegadiza que quedó rebotando en los interiores de la cabeza, la única luz es la proveniente del sol y no hay motivos para una lágrima sino para una sonrisa que se lleve el mundo por delante. Así, solo y hundido en una agridulce nostalgia comprendí que el futuro ya llegó y vos no estás en él. 

24.3.11

¿Qué sería de mi si hubiese estado ahí?


Desperté con el tintineo de la cuchara chocando contra la humeante taza de café, abrí os ojos esperando ver la luz y por suerte así fue, el radio reloj mostraba las 9:45 hs. y el día 24 de Marzo de 2011. Una fecha que produce escalofríos e inmediatamente me invita a hacer MEMORIA.


Ya pasaron treinta y cinco años desde el comienzo de esos siete que fueron oscuros. No los viví, no los sufrí en tiempo real pero no dejan de producirme escalofríos los testimonios de quienes vivieron en esta república derecha y humana.


Una reorganización que nos desorganizó como nación, como pueblo, como personas. Una deuda externa que no logramos saldar; un pérdida irrecuperable de escritores y sus libros, músicos y sus canciones, idealistas y sus ideales; miles de personas que "no están" como dijo el General, personas que no dejaremos de buscar porque son hermanos de todos.

Me reincorporo en la cama todavía tibia, prendo la computadora, ingreso a las redes sociales y me reconforta ver varias generaciones de jóvenes, viejos, músicos, escritores, estudiantes y trabajadores que se acuerdan de todos los hijos de puta que robaron la libertad, que taparon el sol con fusiles, que callaron gritos con picanas y les dicen sin miedo ni dudas: NUNCA MÁS.

13.3.11

Típico de domingo al atardecer


Pudo ser una amanecer fresco a la orilla del mar, una tarde gris entre los gigantes de cemento de la city porteña o una noche de esas que tienen muchas estrellitas celestes. Pudo ser en un café literario de los que están en peligro de extinción, en una sala de cine semi desierta o en un barcito moribundo entre luces de neón y humo de colores. Poco recuerdo la circunstancia en la que estábamos cuando pasó esto.

¿Qué importa el dónde, cuándo y cómo? Si pasó me tuve que hacer cargo, alzar el muerto al hombro y sacarlo a pasear a donde quiera que vaya, incluso debajo de la ducha. Todo parecía fácil en la previa, típico partido entre un equipo de élite y uno que es financiado por una cooperadora de vecinos soñadores, "cinco a cero haciéndoles precio" se escuchó que dijo uno por ahí.

El puntapié inicial fue un te quiero tuyo, de esos que no me gusta recibir, soy demasiado masculino para ser receptor de esas palabras del querer que me sonrojan e incomodan. Después vino otro y otro más acompañado de un "mucho". No se si por resignación o gusto fue que comencé a aceptarlos y tímidamente, balbuceando y sin modular demasiado, los respondía con temor a que caigan pesados como las recordadas tortas de la abuela. Finalmente tus te quiero y los míos fueron uno solo, tan iguales y diferentes a la vez. Unos conservadores y cómodos, y los otros inquietos y soñadores. Finalmente, las diferencias pudieron más y la guerra de "te quieros" destruyó mucho más que nuestros dos físicos humanos.

Ahora si se donde estoy: en mi cama, con mi pc, terminando un fin de semana de esos sin desperdicio y con una pelotita saltarina en la cabeza, una bola con sabor a vos que rebota de lado a lado...
-¿Qué hacés acá de nuevo?
Pin pom, pin pom...
-Basta, me cansé.Te abro y te vas...
Como si tuviera una puerta oculta, el parietal derecho se separó en dos y rodando mansamente caíste al piso sin rebotar ni una sola vez, como pinchada, sin ganas de seguir haciéndote oír.

Wow que delirio, estaba pensando con las manos en un teclado...

5.3.11

Que crezca la fiesta



Tuvieron que pasar más de tres décadas para que volvamos a festejar un carnaval. Por mi corta vida nunca disfruté de los festejos y siempre me quejé por mi mala suerte de que esos feriados pintados de rojo en el almanaque no sean efectivamente días de fiesta y descanso.

A poco más de 90 días del comienzo del año, entre tanta gente manifestando es lindo ver una calle cortada porque la gente está de fiesta, feliz. Los chiquitos con bombuchas y espumas, los más grandes tratando de pescar algo entre tanta femineidad y agite de cadera, y los que consideran que ya pasó su tiempo de fiesta miran, horrorizados y ajenos a la situación, a aquellos que se dejaron llevar por la algarabía.

Las botas y fusiles lo quitaron de nuestros años con la intención de que no vuelva más, como aquellas personas que todavía están siendo buscadas por Abuelas y Madres, pero volvió (no importa gracias a quien o por qué). Máscaras en estas tierras sobran y disfrazados estamos todos los días pero en carnaval el pueblo, los pueblos, se encargarán de sacar el diablo afuera, de al menos por dos días olvidarse del sueldo que no alcanza para pagar los impuestos, del jefe que prometió algo que todavía estás esperando, del gobierno que no hace una a favor…

Ridículo y sin coordinar los movimientos murgueros allá vamos al carnaval toda la vida en busca de una noche junto a vos.

20.2.11

Castillo de naipes


Tuvieron que pasar años para empezar un nuevo castillo de naipes, desde años lejanos en la casa de alguna abuela que no me proponía crear un edificio sólido y frágil a vez, con paredes de papel, pintado con colores básicos y homenajeando a grandes caballeros, príncipes y reyes de la baraja española.

Fue una noche de verano en la que despejé el escritorio, abrí delicadamente la caja que contenía las cincuenta piezas y empecé a construirlo. El primer piso delicado e imponente se encargó de consumir los ases y un par de números dos, valga la redundancia.

Los pisos siguientes, con criterio profesional y buen gusto fueron construidos con tres, cuatros y cincos, el color de las paredes aumentaba tanto como su valor y las ilusiones de verlo terminado, perfecto y merecedor de envidia crecían con cada carta que encontraba su posición exacta.

Medio metro de naipes bien colocados ya se elevaban sobre el escritorio, por fuera un tono azul dejaba ver la sobriedad del asunto y, por dentro, un mar de tonos verdes, azules, rojos y amarillos se encargaban de darle vida a esto que ya ocupaba más tiempo del esperado.

Así pasaron las horas, conteniendo la respiración para no derrumbar lo que tanto había costado levantar y expandiendo todos los cuidados posibles para que nada corte la magia. Pero claro, era domingo y con cielo gris, nada en un día de esos puede terminar bien...

La estaba esperando a ella, para mostrarle la justeza con la que fue colocada cada pieza, el incremento de los colores y formas en su interior a medida de que subían los pisos y, por sobre todo, para recibir el premio por tan delicada labor. 

Llegó, con su sonrisa radiante como el sol que se ausentaba y su calidez digna de la tarde de verano que se consumía pero, no sola, detrás de tan perfecta imagen entró, sin pedir permiso, una leve brisa que con sus intenciones de brindarnos un alivio empujó un naipe, luego dos, hasta ser cincuenta y dejar sobre el escritorio las ruinas de un imponente castillo de papel.

6.2.11

Noche de estrellas


La reposera fría en contacto con mi espalda desnuda, un vaso de fernet en la izquierda, una vieja birome Bic en la derecha y sobre las piernas un maltratado cuaderno rayado al que ya le quedan pocas hojas por consumir. En ese contexto me encontraba disfrutando de las estrellas , asignándole un nombre a las que no consideraba pertenecientes a ninguna constelación y dándole la identidad de alguna persona que en este mundo, o en otro, se encuentra lejos de mi yo físico.

Las inconfundibles Tres Marías me guiñan un ojo en la oscuridad de la noche, me dan el ok para continuar encendiéndolas y apagándolas a mi antojo. Venus siempre firme al costado de la Luna, desde temprano y hasta muy tarde muestra sus volcanes ardientes, reclamando atención, demostrando que está latente y quizás con más actividad que yo mismo en este momento.

Un sorbo del frío aperitivo deja marcado, con su espuma, un bigote que en otra ocasión hubiese limpiado rápidamente, pero hoy no. No hace falta limpiar esa marca del disfrute, ni taparse la cara cuando caiga una lágrima, nadie mira, estoy solo uniendo puntos brillantes y formando lo inimaginable.

Quizás me sorprenda el día en la misma posición, Venus se habrá despedido junto a la Luna y las Tres Marías, luego de coquetear ante mi mirada desinteresada buscarán a alguien del otro lado del planeta que las admire como yo. Seguiré formando osos polares y dragones pero esta vez con unas esponjosas nubes blancas que anticipan un día soleado en el que no habrá mejor elección que la de recargar el vaso de fernet y esperar que el asador anuncie la finalización de una nueva obra maestra.

Con eso soñaba cuando mi derecha dejó caer la Bic y al abrir los ojos vi una estrellita buchona que pasó fugazmente a avisarle a Zeus, dios de los cielos, que un loco con insomnio en algún lugar del planeta esperaba ver desvestirse a las Tres Marías...

5.2.11

Delete


Por fin llegó la señal, el momento de volver a dejar que las yemas de los dedos caigan sobre las letras que deseen y formen palabras que se unirán en oraciones, dándole forma a este relato. La señal fue Soledad, la soledad de la noche donde ni vos, ni ella, ni él están alborotándome desde la distancia.

Las ganas están y las ideas escasean, o quizás no faltan ideas pero si falta que estalle algo adentro para que tenga la suficiente fuerza para plasmarse en letras y transmitirlo...

Una frase sobre lo lindo que fue... y borrar.

Contar lo que pasó entre esos dos que se creían enamorados... y borrar.

Que las injusticias sociales y las miserias que se ven en la calle... y borrar.

Palabras que emparchan un corazón roto... y borrar.

El recuerdo de ella no se borra pero lo que puedo escribir sobre ella tiene el destino asegurado... Lo borré!

Soledad me engañó, me mostró una variedad de ideas sin fuerza que no están listas para dar la cara y así, como un tonto, me retiro yo, avergonzado de mostrarles lo fácil que me engañó la soledad.