29.6.10

Mensaje y masaje a tu corazón...




- ¿Yo miedo a la muerte? No, para nada.

Y vaya si lo decías en serio, apenas oí esa frase caerse de tu boca te creí. Siempre que la tuviste cara a cara por poco le sonreís y será por eso que hoy te lo tomás a joda. Veinte años al lado tuyo no es poco y te vi en todas tus formas, conozco tus mañas, tu grito de enojo, tus lágrimas (de felicidad y de tristeza), te disfruté en el papel de bueno y te sufrí en el de malo.

Alguna vez, la naturaleza, la vida o no se quien te hizo sonar la alarma. Ya fue hace tiempo, la habías escuchado pero parece que ya olvidaste aquel atemorizante grito desde adentro que nos tuvo en vilo, a vos y a los tuyos. En esa ocasión acataste algunas de las normas que se te proponían pero otras las pasaste de largo, no vamos a decir que no las viste porque es mentira y no hay peor ciego que el que no quiere ver.

Viste gente cercana caer por los mismos motivos o similares. Los lloraste, pasaste el duelo y seguiste. Los profesionales vuelven a advertirte, tus íntimos y no tanto se preocupan por vos, y tu pastillero cada vez tiene más colores pero vos seguís viviendo, disfrutando, ajeno al resultado de los exámenes médicos.

¿Cuándo lo vas a entender? Te estamos esperando, nosotros si le tenemos miedo.

17.6.10

Los tuyos, los míos, los nuestros.


Un dormitorio en desorden, una cama que intenta darme comodidad, un cuerpo dolorido y una cabeza que parece haber absorbido unos cuantos tragos fuertes para huir de las penas. Todo aparenta ser caos pero ahí en el medio aparecés vos, te pienso, te recuerdo y quiero tenerte conmigo...

Los tuyos del color del café más puro que me despabila en las peores tardes de sueño, que me devuelven las ganas de estar andando. Después de observarlos un poco vuelvo a sonreír, me imagino zambullido en ese mar de café con una forma circular perfecta como un salvavidas con el que siempre me siento seguro. Verlos brillar a la luz del sol o a simplemente verlos brillar, aunque sea ante una lamparita de 60 vatios, es un regalo constante del que disfruto día tras día.

Los míos, del color de la esperanza o de la miel o ambos según el día. No se cansan de buscarte, de encontrarse con tu sonrisa, de brillar por vos. Te aprovechan en cada segundo que estás delante de ellos, son capaces de llorar por o junto a vos. Se enamoran de los tuyos y agradecen poder tenerte tan cerca.

Los nuestros se encontraron, se enamoraron y rieron juntos. Se vieron tristes y se consolaron mutuamente. Se cerraron en simultáneo para extrañarse y rápidamente volver a chocar. Brillaron con cada caricia, con cada abrazo y con cada beso. Se disfrutan a la par y no se imaginan separados.

Vuelve el mareo, caigo en la realidad, leo lo recién escrito y me doy cuenta que escribí una historia de ojos... de los tuyos, los míos y los nuestros.

8.6.10

El jaque de la Reina


Recuerdo vivamente cuando mamá, me gritaba por los pasillos de la casa de mi abuela: "No juegues de manos que te podés lastimar". Pero ya pasaron varios años desde la última vez que lo escuché y con el tiempo aprendí que existen juegos mucho más peligrosos que unos simples puñetazos...

Él andaba por la vida cargando su soledad ya insoportable y buscando a una muchacha que lo sacara de su cotideaneidad. Ella en una aparente felicidad, con pareja de turno e ilusiones de futuro. Dicen que el mundo es un pequeño pañuelo y será por ese motivo que justo ellos se fueron a cruzar en alguna calle de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Allí, entre vendedores ambulantes, linyeras que persiguen la moneda y stress corporizado en hombres de saco y corbata, fue que sus miradas se cruzaron por primera vez.

Pasan tantas cosas a mi alrededor que no pude recorrer en profundo todas las grietas de lo que comenzó con aquella mirada pero, de una forma u otra, se produjo un encuentro pactado, con voluntad de las partes, con incógnitas propias de la edad y con esperanzas de que sus intenciones y deseos sean los mismos.

El juego ya estaba en marcha y no es de esos que se pueden pausar y seguir luego. Había que seguir hasta el final, como en Jumanji. El primer turno fue para él, quien desnudó su verdad y se reconoció deseoso de ahuyentar su soledad junto a ella. Por su parte, la muchacha, después de salir de la conmoción por semejante jugada, puso fin al avance rival. Su presente felicidad y los terceros, que en este juego no son de palo, pesan demasiado sobre su espalda. Los turnos siguientes no fueron menos, avances y retrocesos, victorias y derrotas para ambos jugadores.

La casilla de llegada estaba al alcance del dado y el Rey en "jaque" por la Reina. Un "jaque" que no tardó en convertirse en "jaque mate" tras un discurso florido donde se confirmaba que Rey y Reina no podrían intentarlo juntos. De ahí en más una dama que se encuentra apenada y dolorida, y un caballero recostado sobre el tablero a la espera de una nueva tarde de lluvia, para ponerse de pie y comenzar una nueva  partida.

1.6.10

La procesión va por dentro...


O pasaron muchas cosas o no pasó nada, pero la cuestión es que no estoy encontrando una temática para escribir. Ya salieron y se escondieron varios soles desde aquel doble texto sobre mi historia. ¿Y ahora cómo sigue?

Los festejos pasaron y otras tantas cosas también se fueron con ellos. Leí y escuché pedidos de escrituras pero a nada le encontré sentido. Pensé desde una simple y corta historia de amor entre dos caracoles de mi jardín hasta cómo elegir el regalo para una mujer, pasando por la muerte, la noche, mi oma, la facultad y mi princesa.

Sobre cada idea que surgió intenté armar un relato pero nada me dejaba conforme y es por eso que hoy solo escribo sobre mi ausencia. La palabra ausencia me acaba de pegar fuerte y me pregunto si verdaderamente estoy ausente.

No no, saco rápidamente la idea esa de mi cabeza. Me niego a estar ausente, quiero creer que estoy junto a ustedes repartiendo un poco todo lo que soy: conocimientos en algún lado, consejos a quien los pide, algún cariño fugaz  junto a unos escasos besos y abrazos. No escribo pero estoy, espérenme que volveré... sólo faltan algunas ideas claras...